Caldera Blanca: caminar sobre lava y memorias del Timanfaya
Caminar por Caldera Blanca es sumergirse en la historia viva de Lanzarote.
A lo largo de esta ruta circular de dificultad media, revivimos las erupciones del Timanfaya no solo como fenómeno natural, sino como experiencia humana: cómo lo vivieron los habitantes, qué sintieron y cómo reconstruyeron sus vidas entre cenizas.
El paisaje es tan abrumador como bello: lava petrificada, campos de ceniza, silencio... y al fondo, las vistas desde lo alto del gran cráter.
Subiremos hasta los 468 metros de altitud, tras un desnivel de unos 250 metros, y bordearemos el impresionante cráter de 1,2 km de diámetro y unos 200 metros de profundidad.
Es una caminata poderosa y transformadora, no apta para personas con vértigo, que conecta con la esencia más profunda de esta isla de fuego.